viernes, 18 de diciembre de 2009



Entre la Tristeza y la Nostalgia de fin año
Por: María Del Carmen Palacios. Centro Olé a la VidaReinventa Mujer

El mes de Diciembre es percibido por muchos como la época de mayor alegría y regocijo.
Sin embargo suele generar en las personas sentimientos de tristeza y nostalgia, los cuales son vividos intensamente.


No es que los otros meses del año estén libres de estos sentimientos, y no nos encontremos con distintos motivos para sentirse triste; sino que el resto del año nuestras expectativas y frustraciones se distribuyen de forma más periódica, pero es a fin de año que por las características del mismo, éstas sensaciones se concentran y por ende, se hacen más notorias debido a que en este mes nos topamos con en el supuesto de la obligación de hallarnos felices.

Pensemos un momento y hagámonos la siguiente pregunta: ¿Es la tristeza una emoción necesaria? Expertos en el campo de la salud sostienen que esta sí es importante, ya que nos abre paso al camino del cambio y de la reflexión.

La tristeza es una emoción que nos anuncia a la vida qué de ella nos importa, que si no es escuchada se convierte en depresión. Esta surge cuando pierdes algo que amaste, que valoraste. Es ante esto, que debemos tomar en cuenta que no hay proceso de transformación sin visitas al espacio de lo perdido.

Démonos cuenta que podemos soltarla, deshaciendo nuestras historias, soltando algunos juicios, y emprendiendo acciones.

Cuando nos aproximamos a estas épocas, se oye más de depresión, la depresión de fin de año. No significa que se esté ante una patología, algunas de las personas ven el entorno triste y vacío en diferentes perspectivas, se ven a sí mismas tristes y se perciben vacías, experimentan vacío existencial, y en algunas ocasiones falta de sentido. Volviéndose ésta la fórmula perfecta para el complicado desempeño de actividades que antes realizábamos de forma fluida.


Es en este aspecto, que el estado de ánimo de la GRATITUD nos facilita el atravesar estas situaciones debido a su carácter protector, siendo esta una elección consciente, una de las claves de la felicidad, mostrándonos como enfrentar distintas emociones; apreciando maravillosas experiencias compartidas y vividas en el pasado y preparándonos así para el futuro con las maravillosas respuestas que nos brinda el mantener este estado de ánimo.

Por otro lado, estas épocas festivas, se caracterizan por tener mayor tiempo libre el cual intentamos aprovechar realizando actividades que consideramos que puede llenar o calmar nuestra tristeza. Es así que recurrimos a las compulsivas y recurrentes compras, a los regalos exorbitantes, y a aprovechar este tiempo para realizar actividades de forma abrupta y poco significativas. Y al final, ¿nos sentimos verdaderamente mejor? antes de realizar esto, evaluemos y recordemos que más cantidad de algo bueno, no es necesariamente algo mejor, que lo que enriquece la vida en pequeñas cantidades, puede empobrecerla en grandes dosis.

Para finalizar esta reflexión queremos invitar a recordar que tan importante como lo que nos sucede, es la manera en que afrontamos aquello que nos sucede y que, de una manera maravillosa, somos infinitamente superiores a lo que nos ocurre, pues, si sólo somos lo que nos ocurre, estamos atados al pasado, cuando uno de los aspectos esenciales del ser humano es la capacidad de proyectarse y tener una visión de futuro, afianzándolo en determinaciones tomadas en el presente, con coraje, disciplina y perseverancia, gracias a los aprendizajes de un pasado no evitado, sino sanamente procesado e integrado a la experiencia vital, como una gran lección de aprendizaje.

Recordemos que cada uno tiene la decisión de resolver su vida, reinventando su ser, tomando la decisión de ser feliz. Pues el ser felices, es una decisión, no es producto de las circunstancias, relacionándolo mayormente más con el interior que con lo que pasa en el exterior, encontrando la alegría de vivir más allá de las circunstancias.

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